Las brochas de afeitar requieren de unos cuidados que serán los responsables de que se encuentren en perfectas condiciones durante el mayor tiempo posible. Una brocha, sobre todo si es de cerdas naturales o de tejón, debe durar perfectamente de cinco a diez años.
Es bastante normal que pierda pelos durante las primeras semanas de su uso, ya que suelen desprenderse los pelos más cortos que no han llegado a la base del pegamento, por lo que no hay motivo de alarma.
Después del afeitado, debes de enjuagar la brocha suavemente pero a fondo, con agua limpia y a ser posible fría o templada. Elimina el exceso de agua y colócala en un soporte con el pelo hacia abajo. Si no dispones de soporte sécala muy bien y la dejas hacia arriba, pero nunca horizontal, e intenta despegar las cerdas para que coja volumen, de este modo puede airearse uniformemente y secarse la brocha de forma natural.
El exceso de humedad es el responsable de que el pegamento que une las cerdas en el mango pierda su efectividad y el pelo acabe desprendiéndose por completo.
Si la brocha se mantiene húmeda, puede desarrollar moho, por lo que tienes que evitar guardarla si aún esta mojada.
Es bastante normal que pierda pelos durante las primeras semanas de su uso, ya que suelen desprenderse los pelos más cortos que no han llegado a la base del pegamento, por lo que no hay motivo de alarma.
Después del afeitado, debes de enjuagar la brocha suavemente pero a fondo, con agua limpia y a ser posible fría o templada. Elimina el exceso de agua y colócala en un soporte con el pelo hacia abajo. Si no dispones de soporte sécala muy bien y la dejas hacia arriba, pero nunca horizontal, e intenta despegar las cerdas para que coja volumen, de este modo puede airearse uniformemente y secarse la brocha de forma natural.
El exceso de humedad es el responsable de que el pegamento que une las cerdas en el mango pierda su efectividad y el pelo acabe desprendiéndose por completo.
Si la brocha se mantiene húmeda, puede desarrollar moho, por lo que tienes que evitar guardarla si aún esta mojada.
Si la guardas en el armario del cuarto de baño asegúrate de que dispone de espacio suficiente para que pueda secar.
Si estas de viaje y guardas la brocha en una bolsa de aseo, sécala lo más pronto posible.
Cuando la brocha se ve afectada por moho, acumulación de jabón o empieza a tener un aspecto apelmazado y sin volumen, es el momento de recurrir al bórax, un producto que lo puedes encontrar en cualquier farmacia y que suele usarse para limpiar las brochas o cualquier otro utensilio donde se acumulen jabones y aceites propios del afeitado.
Otra forma de que limpies la brocha de manera más casera es la de mezclar en un recipiente agua caliente y vinagre en un porcentaje del 50%, e introducir la brocha y agitarla durante cinco minutos.
Desde “La Barbería” de Motril queremos que prestes la atención que requiere este instrumento tan común en el afeitado pero de los más importantes. Sigue estos sencillos pasos y verás como lo agradecerá tu cara.
Cuando la brocha se ve afectada por moho, acumulación de jabón o empieza a tener un aspecto apelmazado y sin volumen, es el momento de recurrir al bórax, un producto que lo puedes encontrar en cualquier farmacia y que suele usarse para limpiar las brochas o cualquier otro utensilio donde se acumulen jabones y aceites propios del afeitado.
Otra forma de que limpies la brocha de manera más casera es la de mezclar en un recipiente agua caliente y vinagre en un porcentaje del 50%, e introducir la brocha y agitarla durante cinco minutos.
Desde “La Barbería” de Motril queremos que prestes la atención que requiere este instrumento tan común en el afeitado pero de los más importantes. Sigue estos sencillos pasos y verás como lo agradecerá tu cara.