La caída del pelo viene producida principalmente por cuestiones
genéticas, pero lo cierto es que un pelo debilitado tiene pocas esperanzas de
vida.
Hay muchos compuestos, vitaminas y minerales como; la biotina, el
ácido fólico, el ácido pantoténico, el zinc o el hierro, que solo puedes
encontrarlos en alimentos naturales y que además ayudaran a fortalecer tu pelo.
- La biotina.
Conocida también como vitamina B7, su deficiencia causa un
debilitamiento del pelo, pestañas, cejas y uñas. Tiene la particularidad de que
no se absorbe a través de la piel. Los alimentos más ricos en esta vitamina
son: el hígado de cerdo, la yema del huevo, las espinacas, las nueces, el
plátano y la levadura de cerveza.
- El ácido fólico.
Encargado de prevenir la anemia. Un nivel bajo de este componente
suele ser una de las causas más comunes de la caída del pelo y lo encontramos
en: las espinacas, los guisantes, los espárragos, las naranjas, algunos cereales y las pipas de
girasol.
- El ácido pantoténico.
Conocido como vitamina B5, necesaria para metabolizar algunos
alimentos, reduce la caspa e incluso retrasa la aparición de canas.
Al igual
que la biotina tampoco está demostrado que se absorba a través de la piely lo
podras encontrar en: salmon, huevos, coliflor, repollo, levadura de cerveza,
germen de trigo, arroz integral y jalea
real.
- El zinc, hierro y cobre.
Ayudan al desarrollo del cabello pues mantienen en buen estado los
folículos pilosos, aumenan la testosterona y fortalecen el sistema inmunológico.
Los encontrarás en: el apio, los espárragos, las berenjenas, el arroz integral,
el mango, las ostras, el germen de trigo y el hígado de cerdo.
Como verás, hay alimentos que se repiten en diversos grupos, como es
el caso del hígado de cerdo, los espárragos, el germen de trigo, el arroz
integral o la levadura de cerveza.
Alimentos básicos para un buen desarrollo y mantenimiento de tu pelo.
Desde “La Barbería” de Motril queremos concienciarte a que el cuidado
no debe limitarse al exterior, es igual de importante o incluso más hacerlo por
dentro, siempre se ha dicho; “dime que comes y te diré como eres”.