El afeitado perfecto es el que resulta en una piel suave, sin irritaciones, ni enrojecimientos y sin sensación de ardor. Es un acto rutinario que millones de hombres
realizamos casi a diario y al que no le prestamos la atención necesaria. Durante el afeitado o rasurado nuestra piel sufre agresiones
provocadas por el abrasamiento que la hoja o cuchilla produce al deslizarse
sobre nuestro rostro.
Los pasos a seguir para un buen afeitado son muy sencillos y
con ello nuestra piel seguirá conservando su tersura y no sufrirá.
1.- Humedeceremos la cara y el cuello con abundante agua caliente para que de esta forma se ablande el pelo y el poro se dilate.
2.- Aplicaremos una crema hidratante o aceite que actuará
como barrera protectora entre la piel y la hoja, de esta forma se deslizará
mejor.
3.- Con una brocha y jabón, mediante movimientos circulares
procuraremos cubrir nuestro rostro con una generosa espuma que dejaremos actuar
durante unos minutos.
4.- Empezaremos a rasurar desde la parte superior de las
patillas hasta la barbilla, pasaremos al cuello y por último la zona superior
del labio y la barbilla.
5.- Retiraremos la espuma sobrante de nuestro rostro con
agua fría para de este modo cerrar el poro.
6.- Aplicaremos un bálsamo o After Shave para refrescar nuestra piel,
repararla y reponer su elasticidad.
Todos estos pasos son muy simples pero durante el proceso
debemos seguir unas pautas que harán que nuestro afeitado luzca más apurado.
1.- Es recomendable afeitarse por la mañana antes que por la
tarde.
2.- Si el pelo de nuestra barba está largo deberíamos
recortarlo primero ya que nuestra piel sufriría más a causa de los tirones,
puede que incluso nos cortemos ya que la hoja perdería rápidamente
sus propiedades.
3.- Antes de empezar debemos templar la maquinilla u hoja,
para ello la sumergiremos unos segundos en agua caliente.
4.-Debemos de ayudarnos de la otra mano para tensar la piel
de la zona que vamos a rasurar, de este modo la fricción será menor y sobre
todo conseguiremos un mejor apurado.
5.- Es recomendable realizar una primera pasada en el
sentido en el que crece nuestro vello facial y si fuera necesario una segunda
pasada volveríamos a mojar el rostro con agua caliente, aplicaríamos jabón y
esta vez lo haríamos en sentido contrario al crecimiento.
6.- La maquinilla u hoja de afeitar debe enjuagarse después
de un par de pasadas, siempre con agua caliente, nunca golpeándola o frotándola
con la toalla ya que dañaríamos la hoja.
Como verás son detalles que harán más llevadero el día a día
y tu piel seguro que te lo agradecerá.
Procura no utilizar productos como jabones que sequen rápido, pues crean una
capa dura que hace más difícil el rasurado,
o bálsamos con alto porcentaje de alcohol que únicamente ayudan a
irritar aún más la piel. Por ello desde “La Barbería” queremos concienciarte de
que uses productos de calidad ya que repercutirán de forma decisiva en el
afeitado y sobre todo en nuestra piel.